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JERO , ¿qué quiere decir Cockenstock?

              Esa sí que es una buena pregunta. ¡Si señor! En realidad es Coke En Stock. ¿Y qué es Coke en Stock? Pues es el título de uno de los álbumes de Tintin, el famoso personaje de Hergé.

              Siempre me ha gustado dibujar. Y siempre me han gustado los cómics también. Era muy pequeño cuando mi madre me compraba los tebeos de Pumby en los pasillos del metro de Atocha y fue mi madre también la que, viviendo ya en Francia, me compró un retapado del magazine Strange, la edición francesa de los cómics Marvel. Ya sé que vivimos en un tiempo en el que los Superhéroes están por todas partes y hasta hartan de lo presentes que están, pero en aquellos mediados de los setenta, Spiderman, Iron Man y Daredevil solo se podían ver en Francia si comprabas la revista Strange. Y yo tenía mi ejemplar. Y no uno cualquiera. Es posible que el retapado aquel fuese el tebeo que contenía la mayor concentración de genios de la historieta americana de la Silver Age americana. Stan Lee, Roy Thomas, Gerry Conway y Steve Englehart en los guiones y John Romita, Gil Kane, Gene Colan, George Tuska, Tom Palmer, Vince Coletta en los dibujos. Y todo en un solo libro. ¿Cómo no iba yo a querer dibujar?

                Lo más probable es que estos nombres no os digan nada pero os puedo asegurar que muchos de los grandes personajes que podemos ver en las películas actuales no serían nada sin aquellos inspiradísimos autores.

                ¿Y lo de Cokestock?

                Voy.

                Ya me gustaba rascar lápices cuando empecé a rebuscar entre los clásicos. Hal Foster, Alex Raymond y sus dignos sucesores, John Buscema y Neal Adams.

                En Europa, tampoco estaban mancos. Teníamos a Morris y Goscini con Asterix y a Charlier y Gir con Blueberry y sobre todo a Hergé con su mítico personaje Tintin.

                Había un programa de televisión dónde el autor de las aventuras del reportero belga enseñaba las técnicas del arte de la BD y fue en éste mismo programa dónde descubrí el porqué del nombre artístico del autor. El artista en realidad se llamaba Georges Rémi o Rémi Georges. Si leemos las iniciales RG en francés se pronuncia ergé. Se coloca una hache para hacer bonito y ya tienes el apodo de uno de los mayores artistas del noveno arte.

                Este truco ha sido adoptado por un número incalculable de ilustradores y dibujantes desde que el arte es arte y yo no podía ser menos. Mi nombre es José Rosillo. Se toma la primera y la última letra del nombre, se repite la operación con el apellido y ya tienes un Jero. Y para completar la firma, se me ocurrió que un bonito homenaje podía ser utilizar el título de uno de los libros del primer artista que me enseñó algo en esta materia. Decidí que el álbum en cuestión sería el de Coke en Stock (Stock de Coque, en español) por tener la mejor de las portadas de la serie y una de las mejores carátulas que he tenido el placer de admirar en todos estos años de fan friki.

                Pero alguien se me había adelantado.

                A principios de los ochenta, una revista de cómics que estaba muy de moda en toda Europa era Metal Hurlant, pionera y estandarte de la movida comiquera ochentera gracias a Philippe Maneuvre y jean Pierre Dionnet, sus creadores y a Moebius, Druillet, Caza y Margerin, algunos de sus dibujantes. Pues había un ilustrador, de los del montón, que se hacía llamar Kent. Sus dibujos eran básicamente de tinta china con manchas negras como complemento. Pues a aquel dibujante, le dio por cambiarse de nombre artístico, mes sí, mes también. Y así se hizo llamar Kent, luego Kent Hutchinson y finalmente Kent Kokenstock.

                Como yo no era ni famoso ni dibujaba en la Metal Hurlant, me quedé con Jero y punto.

                Pero seguí dibujando.

                He hecho prácticamente de todo, dibujo artístico, ilustración, fanzines, colaboraciones en revistas y lo que me queda.

                Ahora hago lo que quiero, lo que me gusta. Y me quedo con Cokenstock, por Hergé, y porque después de casi sesenta años, su portada sigue siendo una de las mayores obras de arte de la historieta mundial.

                Aquí os dejo una muestra del trabajo de una vida.

                Espero que os guste.  

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