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Algunos Héroes y un Cobarde: La Balada de Jock Jackson


Joe Louis, fue considerado como uno de los mejores boxeadores de la historia de la primera mitad del siglo veinte. Nacido el trece de mayo de mil novecientos catorce, en la cabaña de unos algodoneros de Lexington (Alabama), Louis se traslada con su padrastro y con su nueva familia a Detroit donde empieza a asistir a un gimnasio. Varios buscadores de talentos le vieron condiciones más que óptimas para el boxeo y en julio de mil novecientos treinta y cuatro, Louis, apodado “El Bombardero de Detroit” inicia una brillante carrera profesional que le llevaría incluso a medirse en los años cincuenta con el mítico Rocky Marciano.

En su fulgurante carrera en la que conservó el título mundial durante doce años (record absoluto para un campeón de los pesos pesados), ganó innumerables peleas contra todo pronóstico contra los mejores púgiles del momento como Mike Jacobs, Primo Carnera, King Lewinsky o Max Baer.

De sus derrotas, poco se habla, porque no fueron muchas y sobre todo porque los que derrotaban a Joe Luis solo lo hacían una vez. En cuanto volvían a pelear contra él, ya fuera durante el campeonato o en torneos extra oficiales, el Bombardero se tomaba su revancha y ganaba, siempre por KO en el primero o el segundo asalto.

Jock KJackson fue un boxeador mediocre. Del montón. Aún con todo, Jackson tuvo el dudoso honor de haber sido uno de los pocos que se había enfrentado a Louis y que le había vencido en el cuadrilátero. ¿Y por qué digo dudoso? Pues porque Jock Jackson no dio al campeón la ocasión de tomarse su revancha. El boxeador acabado desapareció la misma noche que había conseguido derrotar al campeón del mundo.

¿Y qué fue de Jock Jackson?

Bueno, su historia no es muy diferente a las que cuentan sobre los boxeadores de principios de los años cuarenta. En la historia de Jackson hay un malo que amaña combates, hay un hampón pequeño y bajito, pero muy hábil con el “Colt Pocket”, hay otro malo, este bastante fuerte, que no necesita pistolas porque sus puños son como balas de cañón y también hay una chica, bella, con un cuerpo de infarto y una mirada triste y melancólica.

¡Ah, se me olvidaba! También hay un rayo.

No te pierdas la historia de aquel boxeador acabado en mi próxima novela: ALGUNOS HÉROES Y UN COBARDE.

Todas las ilustraciones de este artículo en la página de Facebook: JERO COKENSTOCK.

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